Escalante sueña con el sonido de las olas que besa sus oídos.
Un vestido negro baila en su cuerpo, como las velas de un barco.
Camina junto al mar, y escala las montañas que dibuja el ir y venir de las olas.
El mar ruge en una explicable furia.
Un león enseña sus dientes.
La arena se hunde bajo sus pies, cada paso es una marca en la tierra.
Hay una máscara blanca, sin expresión. Crece en la tierra como una flor. Acaricia el agua con sus mejillas, parece que está construida con la luna y su superficie se ha convertido en un rostro carente de todo.
Y el caminante se detiene,
y respira ,
y coge la máscara con sus manos,
y es delicado,
y la lleva a su cara,
y toca su rostro,
y se detiene en sus mejillas como si nunca hubieran existido,
y toca su rostro que parecía haber olvidado,
y su nariz,
y su ojos,
y su carne es cálida,
y se sonroja ante su propio tacto,
y siente que siempre le han esperado.